En los primeros meses de vida no se puede distinguir entre dos lenguas, sabemos que los bebes reconocen gestos y los relacionan con las palabras, pero no comprenden en que lengua se les está hablando.
A partir de los cuatro meses un niño comienza a diferenciar entre inglés, alemán o español, (depende los idiomas que se hable en su casa), y a los ocho meses, los bebés bilingües pueden notar las diferencias de idiomas, esto no ocurre con los bebes mono-lingüe.
A partir de los cuatro meses un niño comienza a diferenciar entre inglés, alemán o español, (depende los idiomas que se hable en su casa), y a los ocho meses, los bebés bilingües pueden notar las diferencias de idiomas, esto no ocurre con los bebes mono-lingüe.
Realmente aunque un bebe aprenda dos o más
lenguas desde el nacimiento, siempre hay una que va a funcionar como dominante,
que será aquella a la que más expuesto esté (normalmente la lengua materna
hasta los 5 años y la lengua escolar a partir de los 6 años), por esa razón es
muy importante, que en la casa se conserve la lengua materna, ya que la lengua
social la aprenderá en la escuela.
Puede ocurrir que algunos jóvenes
bilingües parezcan más lentos, ya que con más frecuencia tienen dificultad para
encontrar la palabra deseada o incluso pueden poseer un menor vocabulario,
aunque cuando se toma en cuenta las dos o más lenguas, el número de palabras
que conocen es superior en comparación con una persona monolingüe.
En realidad esa "lentitud" a la
hora de encontrar la palabra correcta es de milésimas de segundo, y es casi
imperceptible mientras la persona habla, porque no se nota que su cerebro está
eligiendo el idioma con el que tiene que hablar.
Los niños tienen aún más ventajas que los
adultos, ya que el BILINGÜISMO PRECOZ MODIFICA Y MEJORA EL DESARROLLO DEL
CONTROL DE LA ATENCIÓN, esto se debe a que el área prefrontal del cerebro tiene
pocos años de vida útil, finaliza su desarrollar en la adolescencia y se
deteriora entre los 40 y 45 años, pero en los niños y jóvenes bilingües este
desarrollo es mucho más fuerte, frenado la aparición de los síntomas de
deterioro hasta los 70 o 75 años.
Se comprobó que los niños y jóvenes
bilingües utilizan más áreas cerebrales, sobre todo del lado izquierdo del
cerebro (relacionado al lenguaje), porque al cambiar continuamente de lenguaje,
tienen entrenadas capacidades cognitivas no lingüísticas, en concreto son
mejores en las funciones ejecutivas, que sirven para adaptarse a los cambios de
tareas variadas, ya que utilizan otras áreas cerebrales distintas a los
monolingües.
Esto hace que el cerebro de un niño o
joven bilingüe tenga mayor poder de concentración, y responda velozmente a las
señales de los sonidos básicos que diferencian un idioma de otro, incluso
sucede que la señal del discurso que reciben active la misma palabra en el
idioma que no está en uso en ese momento, tomando el control consciente del
cambio lingüístico, esto permitir a un niño o joven bilingüe ponderar una
palabra que recibe en el contexto del idioma que se estaba hablando.
Los estudios demuestran que existen
diferencias en la densidad en el cerebro de materia blanca o
"mielina" entre los bebes, niños o jóvenes bilingües y los que sólo escuchan
o hablan un idioma. A mayor "mielina" mayor velocidad de
procesamiento, es decir mayor rapidez mental, estos cambios son estructurales y
determinan un aprendizaje externo mucho más elevado, conformando una morfología
cerebral superior al medio de la población.
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