jueves, 31 de julio de 2014

DOCE PASOS PARA ACTIVAR TU "YO ALENTADOR".

A continuación te explico doce pasos para conseguirlo. 

Los tres primeros tienes que llevarlos a cabo en un momento en que te encuentres tranquilo y contento pues consisten en preparar el material que utilizarás cuando llegue el desánimo. Los pasos restantes son para realizarlos cuando estés necesitando apoyo y aliento:

1.- Toma conciencia y entra en contacto con tu faceta más optimista, positiva y paciente. La podrás descubrir recordando momentos en los que hayas ayudado a levantar el ánimo a otras personas.  Haz una lista de al menos diez situaciones así. Recuerda cómo actuaste en esas ocasiones, lo que pensabas y lo que sentías. Descríbelo con detalle. Después lee lo escrito y revive en tu imaginación las escenas que vayan viniendo a tu mente. En el momento en que te estés viendo claramente en esa actitud, párate, respira hondo y ancla en tu memoria ese aspecto de ti, tu “yo alentador”, poniendo la mano derecha sobre tu corazón. Reafírmate en la confianza de que sabes apoyar, sabes dar aliento y sabes escuchar y animar. Prométete que invocarás esta faceta de ti mismo cuando lo necesites.

2.- Elabora una lista de ejemplos de superación personal de tu propia vida: Momentos en los que estuviste desorientado y finalmente encontraste un nuevo rumbo, situaciones en las que te sentías incapaz pero lograste salir adelante, etc… Es decir, experiencias de tu vida que hablen de tu capacidad de afrontar adversidades y transformarlas en oportunidades para crecer y aprender.

3.- Recopila ejemplos de resilencia: Historias, biografías, películas o vídeos que hablen de otros seres humanos afrontando situaciones difíciles y saliendo airosos del reto.

4.- Cuando estés en un momento de desánimo, empieza por leer la lista de escenas que describen los momentos en los que ayudaste a otros y, mientras lo haces,  coloca tu mano derecha sobre el corazón para conectar con tu “yo alentador”.

5.- Desde esa actitud positiva, e igual que lo harías con un ser querido, háblate con cariño recordándote que, más allá de logros o fracasos, eres digno de amor. Date la bienvenida a tu corazón por ser parte de la vida, por ser único y porque aunque ahora no te lo parezca, tu huella es importante y tienes tu sitio y función.

6.- Regálate lo antes que puedas, un tiempo de escucha para poder descubrir lo que te está sucediendo. Búscate un lugar tranquilo, pon una música suave que te resulte entrañable pero no te distraiga, toma papel y lápiz y ves respondiendo a las preguntas que te indico a continuación. No fuerces las respuestas, deja que vayan apareciendo. Sé paciente contigo mismo, como lo serías con un buen amigo: ¿Qué te está sucediendo? ¿Qué daño o qué pérdida estás sufriendo? ¿Con qué área de tu vida está relacionado? ¿Te asustan algunas circunstancias que tienes que afrontar? ¿Desde cuando te sientes desalentado o confundido? ¿Qué te preocupa? ¿Qué significado le das a ese asunto? ¿Qué consecuencias negativas crees que tendrá para ti? ¿Cómo podrías disminuir esos perjuicios? ¿Ves alguna solución? ¿Crees que hay algo que tú puedas hacer para sentirte en paz ante esta situación?

7.- Ahora que ya te has escuchado es momento, aunque aún no sepas como responder a la situación, de recordarte que tienes capacidad para superar este obstáculo. Repasa la lista de tus momentos de superación personal que ya tienes preparada. Recuérdate que la fortaleza que tuviste en esas ocasiones sigue estando en ti y por lo tanto ahora, si confías, también será posible afrontar el reto y avanzar.
                          
8.- Repasa también el material de ejemplos de resilencia que tienes recopilado y elije lo que más te atraiga para volver a verlo o leerlo.  Encara esas historias como una forma de recordar la infinita capacidad de aprender y evolucionar del ser humano, y por lo tanto, tu propia capacidad.

9.- Sácate de paseo. Llevate a dar una caminata a paso rápido para liberar energía. Si puede ser hazlo por un lugar dónde haya árboles, esté cercano al mar o por la orilla de un río. Concéntrate en la belleza del paisaje y repite en tu interior frases de aprecio por lo que ves.

10.- Trae a tu memoria todo aquello que da sentido a tu vida. Lo que te motiva y te inspira. Si tienes algún collage o foto que represente tus sueños o tus objetivos, es momento de mirarla y dejarte llenar por las sensaciones positivas que te produzca ver esas imágenes.

 11.- Vuelve a poner la atención en tu estado de ánimo. ¿Cómo te encuentras ahora? Acepta la respuesta que surja aunque no aparezca la mejora que esperas. Es importante dar espacio a ese desasosiego que sientes para poder entenderlo. Igual que sucede cuando caminas en la oscuridad con una linterna y sólo alcanza la luz para alumbrar un próximo paso, tienes que permitirte ir poco a poco.

12.- Mímate. Trátate con delicadeza. Pon más atención que nunca a tu diálogo interior. Guíate por la intuición y el afecto y elije frases que puedas ir repitiendo en silencio y te reconforten.

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