domingo, 7 de junio de 2015

EL CEREBRO DE LOS NIÑOS Y JÓVENES BILINGÜES



En los primeros meses de vida no se puede distinguir entre dos lenguas, sabemos que los bebes reconocen gestos y los relacionan con las palabras, pero no comprenden en que lengua se les está hablando.

A partir de los cuatro meses un niño comienza a diferenciar entre inglés, alemán o español, (depende los idiomas que se hable en su casa), y a los ocho meses, los bebés bilingües pueden notar las diferencias de idiomas, esto no ocurre con los bebes mono-lingüe.

Realmente aunque un bebe aprenda dos o más lenguas desde el nacimiento, siempre hay una que va a funcionar como dominante, que será aquella a la que más expuesto esté (normalmente la lengua materna hasta los 5 años y la lengua escolar a partir de los 6 años), por esa razón es muy importante, que en la casa se conserve la lengua materna, ya que la lengua social la aprenderá en la escuela.

Puede ocurrir que algunos jóvenes bilingües parezcan más lentos, ya que con más frecuencia tienen dificultad para encontrar la palabra deseada o incluso pueden poseer un menor vocabulario, aunque cuando se toma en cuenta las dos o más lenguas, el número de palabras que conocen es superior en comparación con una persona monolingüe.

En realidad esa "lentitud" a la hora de encontrar la palabra correcta es de milésimas de segundo, y es casi imperceptible mientras la persona habla, porque no se nota que su cerebro está eligiendo el idioma con el que tiene que hablar.

Los niños tienen aún más ventajas que los adultos, ya que el BILINGÜISMO PRECOZ MODIFICA Y MEJORA EL DESARROLLO DEL CONTROL DE LA ATENCIÓN, esto se debe a que el área prefrontal del cerebro tiene pocos años de vida útil, finaliza su desarrollar en la adolescencia y se deteriora entre los 40 y 45 años, pero en los niños y jóvenes bilingües este desarrollo es mucho más fuerte, frenado la aparición de los síntomas de deterioro hasta los 70 o 75 años.

Se comprobó que los niños y jóvenes bilingües utilizan más áreas cerebrales, sobre todo del lado izquierdo del cerebro (relacionado al lenguaje), porque al cambiar continuamente de lenguaje, tienen entrenadas capacidades cognitivas no lingüísticas, en concreto son mejores en las funciones ejecutivas, que sirven para adaptarse a los cambios de tareas variadas, ya que utilizan otras áreas cerebrales distintas a los monolingües.

Esto hace que el cerebro de un niño o joven bilingüe tenga mayor poder de concentración, y responda velozmente a las señales de los sonidos básicos que diferencian un idioma de otro, incluso sucede que la señal del discurso que reciben active la misma palabra en el idioma que no está en uso en ese momento, tomando el control consciente del cambio lingüístico, esto permitir a un niño o joven bilingüe ponderar una palabra que recibe en el contexto del idioma que se estaba hablando.

Los estudios demuestran que existen diferencias en la densidad en el cerebro de materia blanca o "mielina" entre los bebes, niños o jóvenes bilingües y los que sólo escuchan o hablan un idioma. A mayor "mielina" mayor velocidad de procesamiento, es decir mayor rapidez mental, estos cambios son estructurales y determinan un aprendizaje externo mucho más elevado, conformando una morfología cerebral superior al medio de la población.











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